viernes, 15 de agosto de 2008

Las Vias Romanas

La entrada de los romanos en Hispania se produce cuando la presencia cartaginesa en la península alcanza su mayor importancia, especialmente en el siglo III a.C. Hasta la aparición de los primeros problemas con la potencia surgente (Roma) en el año 226 a.C. se establece un pacto entre Cartago y Roma que divide la península en dos zonas de influencia. El conflicto de Sagunto en el año 219 a.C. provocará la entrada de tropas romanas en el 218 a.C. a través de Ampurias, dirigidas por Publio Cornelio Escipión y su hermano Cneo. Sin embargo este primer ejército fue derrotado por los cartagineses en la batalla de Castulo (212 a.C.). Al año siguiente desembarcó otro Publio Conelio Escipión, hijo del primero de los anteriores y conocido en el futuro como "Africano" porque vencerá años después a Aníbal en Zama, que tomó Cartago Nova en el año 209 a.C. y acabó con los cartagineses en la batalla de Ilipa. El final de esta fase de la conocida como Segunda Guerra Púnica provoca que Hispania se convierta en Provincia romana "de facto".
En el año 197 a.C. la península fue dividida en dos provincias encomendadas a Pretores: Hispania Citerior e Hispania Ulterior, situándose el límite de ambas cerca de Cartagena.
Tras las revueltas de los lusitanos dirigidos por Viriato, la guerra celtibérica de mediados del II a.C. y la caída de Numantia en el año 133 a.C. a manos de un tercer Escipión, conocido como "Emiliano" y "Numantino", Roma envía a la península una comisión de diez senadores para establecer el sistema provincial definitivo y sus leyes. Desde entonces hasta finales del I a.C. la presencia romana es constante. Se conquistan las Baleares, comienza un período de paz, se fundan las colonias, se construyen calzadas y el latín entra a formar parte de la vida de los habitantes peninsulares.



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